Testimonio de Nikica (hijo de Pavo) Jurković, único sobreviviente de este fusilamiento de los heridos
Brčko
Cuando los partisanos el 7 de abril del año 1945 tomaron Brčko después del retiro del Ejército Croata, se llevaron a todos los heridos y enfermos del hospital a unos 300 metros del hospital de Brčko, los fusilaron y los arrojaron a una fosa cavada que recién al día siguiente taparon con tierra. Entre alrededor de 80 heridos fusilados se hallaban tres personas conocidas: Mijo Ninić, Mijo Augustinović y Nikica (hijo de Pavo) Jurković, que estaba herido en las piernas. Hoy en el lugar donde está esa fosa común de las víctimas del régimen comunista se halla el cementerio memorial partisano de Brčko. Algo que era una práctica permanente del régimen comunista, que las fosas comunes se cubriesen con monumentos partisanos para que nunca se supiese de ellas. Un caso similar se registró también en Tuzla donde el monumento recordatorio partisano se levantó en Banja sobre los huesos de los franciscanos asesinados de Tuzla.

Después del fusilamiento, los primeros dos quedaron muertos enseguida, mientras que Nikica quedó vivo. Cayó a la fosa junto con todos los demás, pero por las leyes de la increíble casualidad ninguna bala lo acertó en los órganos vitales del cuerpo. Mirando a la muerte a los ojos y escuchando el ensordecedor estampido de los fusiles, se desmayó del miedo y se despertó recién en la fosa, el único vivo entre los muertos.
Cuando sintió que estaba vivo, se frotó la frente con la sangre de los muertos para que pareciese que entre los fusilados nadie había quedado vivo. Cuando cayó la noche, bajo el manto de la oscuridad salió de la fosa, arrastrándose fue hasta la casa más cercana, llamó y pidió ayuda. Cuando le dijo a la ama de casa quien era y que sucedió, ella lo escondió en la casa y le dio de comer. A pedido de él, ella enseguida al día siguiente les avisó a los familiares de él en la aldea de Bijela para que vengan a buscarlo.
Ir en esa situación a buscarlo a Brčko era muy riesgoso pues todo movimiento de personas (sobre todo de croatas) estaba bajo el control represivo de los partisanos. Los familiares le pidieron al vecino Aleks Simić, rico comerciante de Bijela que colaboraba con los partisanos y les ayudaba materialmente en forma generosa, que él con su carro traiga a Nikica. Él respondió a este pedido, fue con su carro a Brčko y a escondidas trajo a Nikica a Bijela y se lo entregó a sus familiares.
Algunos de los partisanos conocidos que asesinaron a los heridos, después de los fusilamientos masivos de civiles en Brčko, eran: Dževad Kobić y Mirko Dasović, hijo de Franjo, empleado municipal, y junto a ellos el principal ejecutor fue Đorđe Kajdić. Es importante destacar que durante 50 años enteros de posguerra de todos esos hechos no se podía hablar. Y aun hoy las autoridades actuales del Dsitrito de Brčko no se dignaron a señalar esa fosa común o a exhumar a los heridos inocentes asesinados para que sus familiares los puedan sepultar dignamente. Esos eran en general croatas y musulmanes del territorio de Brčko. ¡Y obviamente, por este crimen tampoco nadie respondió y nunca fue mencionado por cualquier medio público!
Fuente: “Zbornik radova i popis žrtava za vrijeme i poslije II. svj. rata na području Brčkog” (Compilación de trabajos y lista de víctimas durante y después de la Segunda Guerra Mundial en la zona de Brčko), Zagreb, año 2002.
Redacción/crímenes comunistas
